- El piloto de San Lorenzo, Santa Fe, logró finalizar el Rally Dakar 2023 en la categoría quads. Con mucho amor propio y fuerza de voluntad, llegó a la meta.
- En la última etapa, su vehículo dijo ‘basta’ pero ahí aparecieron Nico Cavigliasso y Vale Pertegarini para darle una mano.
- “Siempre digo que el Dakar es la vida misma resumida en 15 días, porque se viven todas las emociones juntas”.
Luego de mucho sacrificio y esfuerzo, Alejandro Fantoni, rider argentino del equipo Drag’on, completó el Rally Dakar 2023.
Fue sin dudas una carrera muy difícil para el representante santafesino oriundo de San Lorenzo, que a pesar de salir de atrás en todas las etapas (salvo la última) pudo realizar el 100% de las especiales.
Fantoni peleó duramente con el Dakar. En la primera semana, la lluvia y el frío complicaron mucho el andar de todos los protagonistas. En el caso de Alejandro, las piedras también fueron un duro escollo. Es más, en un accidente se rompió la nariz, y en otro sufrió una luxación en el hombro, lesión que oculto para no preocupar a sus cercanos.
En la segunda semana, luego del día de descanso, debió enfrentar el infinito mar de dunas y arena conocido como “Empty Quarter”, que cubre gran parte de la extensión de la Península Arábiga.
Finalmente, cuando parecía que todo concluía, la Odisea le jugaría otra mala pasada: el motor de su quad dejó de funcionar y quedó a la deriva, con pocos kilómetros por llegar. Un dato importante, es que Alejandro Fantoni, junto con otros pilotos, fueron los encargados de abrir pista, por lo que fue de los primeros que salió a competir en la jornada final.
Estuvo varias horas detenido, hasta que por fin llegó su salvación: Nicolás Cavigliaso y Vale Pertegarini, el matrimonio dakariano, se detuvo y lo ayudó a terminar la especial tirándolo con la eslinga.
Este es el relato de Alejandro Fantoni luego de terminar el Rally Dakar 2023, que significa su segunda medalla, y su segunda gran victoria personal en su carrera deportiva en la élite del Rally Raid:
“Decir feliz es poco para describir el momento que estoy viviendo. Haber terminado mi 2do Dakar, con todas las cosas que pasaron en estos días, con todas las adversidades que me encontré, con todos los obstáculos que esta carrera te pone minuto a minuto.
Siempre digo que el Dakar es la vida misma resumida en 15 días, porque se viven todas las emociones juntas.
Para que describir la desazón que tenía hoy al romper el motor. Faltaba tan poco para llegar que Dios puso en el camino a dos grandes personas y amigos que este medio me dio: Nico Cavigliasso y Vale Pertegarini, estaré eternamente agradecido. Porque me vieron pidiendo remolque, pararon, pusieron en riesgo su carrera y me llevaron hasta la meta para que pueda lograr mi objetivo.
El Dakar ha cambiado mucho estos años, ahora es una verdadera carrera de tecnología y grandes pilotos y equipos, por eso la organización se asegura que quien corra sea apto para semejante desafío. Pero es un orgullo saber que dentro de tanta competitividad también hay pilotos que mantienen el espíritu de humildad, compañerismo y solidaridad.
No fueron nada fáciles estas dos semanas, sobre todo estos últimos días cuando en dos caídas me rompí una costilla y me luxé el hombro (no había dicho nada para no preocupar), pero sabía que iba a lograr el objetivo de tener otra medalla más de FINISHER.
Mención especial para el Drag’on, que demostraron ser un gran equipo, con excelentes mecánicos, que todos los días me entregaron un cuatri apto para semejante trajín, (varios días se lo entregaba bastante roto… jaja)
¡Gracias a todos por el apoyo que me dieron estos días! ¡Los abrazo a la distancia! ¡Vamos el 169 que termino en el puesto 10! En una categoría donde solo admitieron 20 cuatri de todo el mundo, ¡es un orgullo enorme!
Texto: Luciano Schiffer – Somos Dakar