El piloto argentino de San Lorenzo, Santa Fe, tuvo otra etapa llena de acción en el desierto saudí, donde ayudó a un accidentado, sufrió un choque, se recuperó, condujo sin navegación y, tras 16 horas, logró llegar a la capital de Arabia.
El Rally Dakar 2023 tuvo el viernes una etapa excesivamente larga debido a una modificación en el trazado, a causa de las fuertes lluvias que complicaron la logística de la carrera. Así, los protagonistas debieron recorrer unos 900 kilómetros entre especial y enlace hasta Riyadh, incluyendo 350 kilómetros con dunas y pistas de arena.
Para Alejandro Fantoni, que venía de una muy buena jornada de jueves, finalizando de día y llegando al campamento temprano, la etapa 6 se complicó a causa de varios problemas que tuvo antes de largar y durante la especial.
Sin embargo, el representante de Santa Fe logró culminar con más empuje y coraje para mantener vivo el sueño de llegar a la meta de otro Dakar.
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Este fue el relato para Somos Dakar desde el vivac de Riyadh:
“Hoy estuve 16 horas arriba del cuatri, y más de 900 kilómetros conduciendo. Fue una etapa terrible donde me pasó de todo.
A la mañana hicimos unos 250 kilómetros de enlace y cuando estoy por largar se me apagó el motor y no quería arrancar. Perdí unos 15 minutos hasta darme cuenta que era un fusible. Largué y en el kilómetro 18 se accidentó una moto, así que paré a auxiliarlo, llamé al helicóptero, esperé a que venga y ahí perdí otros 20 minutos.
Después era todo dunas, pistas rápidas, una primera parte de especial muy linda. Cuando voy a cambiar el tanque de combustible se apagó el motor y ahí me di cuenta que había una bomba en corto y debí repararlo. Justo vinieron unos árabes a ayudarme.
Llegué al CP, venía con un ritmo muy bueno. Pero cuando salí a la segunda especial, en el kilómetro 215 me comí una duna cortada y estallé la torre de navegación, saltaron los airbags, se rompió el casco, el cuatri cayó encima mío. Pero no hice nada. Acomodé todo, aunque rompí el GPS, la pantalla se rompió y no tenía como navegar.
Tuve que seguir las huellas de los otros pilotos. Llegué a un CP y fui hasta donde estaba el helicóptero para que me cambien el GPS, pero me dijeron que no. Tuve que seguir toda la etapa a ciegas siguiendo las huellas. Me enganché atrás de un camión y los últimos 50 kilómetros en una duna me encontré a Carlitos Verza y le pedí si podía ir detrás de él, así que terminamos la etapa juntos. Fueron 350 kilómetros de dunas durísimo.
En el enlace fueron 300 kilómetros hasta Riyadh, lo último con lluvia: empapado, mojado, sin GPS, no sabía cómo llegar. Por suerte la etapa del sábado se suspendió y vamos en enlace hasta el próximo campamento, antes de la etapa maratón”.