La imponente Torre Eiffel, en el corazón de París, fue el marco ideal para que hace 40 años comience de forma oficial el primer Rally Dakar de la historia, que unía la capital francesa con su equivalente en Senegal.
El 26 de diciembre de 1978, Thierry Sabine comenzó a materializar uno de sus grandes sueños: organizar una carrera única con vehículos todo terreno que se le animen a uno de los ambientes naturales más hostiles del mundo: el continente africano. La idea surgió luego de haberse perdido varios días en el desierto de Teneré, al norte de África, mientras disputaba el Rally Costa de Marfil-Costa Azul. Esa experiencia, peligrosa y extrema, es lo que lo motivó.
Bajo la sombra de la Torre Eiffel, símbolo de su Francia natal, largó la primera de muchas ediciones del Rally Dakar. Fue la de 1979, puesto que la gran mayoría del recorrido cronometrado se realizó en África del 1º al 14 de enero, entre las localidades de In Salah, Argelia, y Dakar, Senegal. Antes, hubo dos tramos de enlace entre París-Monthléry-Marsella, del 26 al 30 de diciembre de 1978. Entre el 31 de diciembre y el 1º de enero hubo un largo recorrido desde Argel a In Salah, ya en Argelia. Por eso es mayormente conocido como Dakar 1979.
Tomaron parte de la salida 170 vehículos, un debut asombroso para un rally que estaba naciendo. Fueron 80 coches y 90 motocicletas, de las cuales finalmente llegaron a meta, tras 16 etapas y decenas de miles de kilómetros recorridos, un total de 74 participantes: 50 autos y 24 motos.
Los grandes protagonistas fueron, en su mayoría, franceses. En los autos, fue Alain Genestier junto con Joseph Terbiaut quienes ganaron la carrera, a bordo de su Range Rover. El podio lo completaron los hermanos Marreau, Claude y Bernard, con su mítico Renaul 4, y la pareja italiana Cesare Giraudo y Antonio Cavalleri, con un Fiat.
En las motos, el vencedor fue el francés Cyril Neveu, de Yamaha, seguido por su compatriota Gilles Comte, también de la marca japonesa, mientras que Philippe Vassard completó el podio con una Honda.
A medida que pasaban los años, el rally, conocido como París-Dakar o Rally Dakar, fue fue recibiendo más y más protagonistas deseosos de vivir las aventuras que llegaban del desierto africano.
La trágica muerte en 1986 de Thierry Sabine no fue un impedimento, puesto que la mítica odisea continuó desarrollándose y hoy sigue más viva que nunca, a pesar de haberse mudado a otro continente. Es ahora Sudamérica quien tomó la posta de África, y debe aprovecharla muy bien si es que quiere mantener el mito de Sabine en esta tierra.
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