El piloto neuquino cumplió su objetivo principal, que era poder finalizar el Dakar 2025 y traerse la medalla de finisher de nuevo a la Argentina. Gran emoción junto con su padre en el podio final.
El Rally Dakar 2025 finalmente le terminó sonriendo a Santiago Rostan. La campaña del piloto de Neuquén fue totalmente positiva en las dos semanas de intensa competencia en Arabia Saudita.
La carrera más difícil del mundo demostró su dureza desde la etapa 1, donde los pilotos vivenciaron especiales muy duras, seguidas de etapas especiales, como las 48 HS Crono o la etapa maratón, casi una detrás de la otra y sin descanso.
Allí, Rostan supo navegar en el desierto, equilibrarse en las piedras volcánicas del norte de Arabia Saudita y resistir el frío de las gélidas mañanas.
Poco a poco, fue escalando posiciones en la general de motos y en la de Rally2, su divisional, donde finalmente alcanzó el top 30 para no soltarlo.
Los números finales indican que Santiago culminó los más de 7500 kilómetros del Dakar 2025 en 66h 42′ 50», contabilizando los más de 5000 kilómetros de especial, con el apoyo de su padre y del equipo XRaids Experience.
“Es tremenda la emoción de terminar y recibir la medalla. Por más que ya lo haya vivido el año pasado, es ahí cuando todo cae, cuando todo lo que hiciste en el año aparece: los entrenamientos, las cosas que dejé de lado, las peleas, todo”, comenzó describiendo el joven piloto luego de culminar la carrera.
“Uno trabaja todo el año para estos 14 días, y la verdad que compartirlo con mi papá a mí me pone muy feliz. Gracias a él ando en moto, así que imagínate compartirlo con él”, agregó.
“Siempre digo lo mismo, somos tres argentinos en moto aquí en el Dakar. Es hermoso ser uno de lo que está corriendo. Ahora tengo muchas ganas de ir a casa con mi familia y comer un asado. Muchas gracias a todos los argentinos que me apoyaron y a los amigos que nos siguieron estos días”, finalizó el rider.
De esta manera, el piloto de Neuquén nuevamente deja Arabia Saudita y vuelve a la Argentina con una medalla dakariana colgando del cuello, metal que representa todo el esfuerzo y preparación durante un año entero.
Texto: Luciano Schiffer – Somos Dakar
Fotos: Edo photo
