• El piloto de Carlos Casares venía realizando un gran trabajo en Caminiaga, pero una rotura a 30 kilómetros de la meta no le permitió cerrar la carrera.
• Pese a todo, sumó una importante experiencia de cara a lo que resta de la temporada.
• “Los caminos cordobeses estaban en muy buen estado para acelerar. Por eso hubo algunos accidentes de otros pilotos”.
La tercera fecha del campeonato de Rally Raid Desafíos de Ansenuza tuvo altos y bajos para Nicolás Lucero. Es que el piloto casarense no pudo finalizar la prueba a solo 30 kilómetros de la meta.
Después de casi 500 kilómetros recorridos, una falla en su cuatri no le permitió llegar al último punto de control, por lo que debió retirarse: “se rompió el variador, la correa, que da la tracción al cuatri. Así que no hubo forma de solucionarlo y quedé fuera de la competencia”, señaló a Somos Dakar una vez llegado al campamento.
En resumen, Lucero reflexionó: “No fue el fin de semana que vinimos a buscar, pero es lo que salió”. Es que, si bien tuvo en buen ritmo en caminos nuevos para él, Nicolás aspiraba a conseguir un lugar en el podio para seguir luchando por los primeros lugares de la competitiva categoría quads.
Luego de un buen resultado en el prólogo, donde fue 5º tras los 20 kilómetros cronometrados, el sábado los problemas no tardaron en llegar: “El sábado arranqué en esa posición. En el km 35 alcancé al 4º, pero había mucha tierra y sol de frente. En uno de esos acercamientos para intentar pasarlo me fui abajo en una curva. No me golpeé ni nada, pero cuando salía enganché unos alambres que había en el piso y se enredaron dos ruedas. Así que ahí quedé cruzado en el camino intentando desenrollando hasta que pude cortarlos, pero ahí ya perdí algunos minutos preciados”.
“Después el sábado siguió perfecto. Encontré a uno de los compañeros bonaerenses que había volcado, así que paré a ayudarlo. Los caminos fueron 100% rally, no hubo navegación, así que los amigos cordobeses tenían su ventaja ya que conocen los lugares. Andaban muy bien ellos. El más rápido de la categoría fue el quad de Domínguez que vuela”, explicó Lucero.
Tras haber sorteado el día más largo, solo quedaba el domingo para intentar remontar más posiciones. Esta vez, los problemas aparecerían al final.
“El domingo largué 7º y a los 200 metros me tiró una falla eléctrica el cuatri, que me demoró unos cinco minutos, por lo que arrancamos mal. Solucioné eso e iba bien, pude recuperar el tiempo perdido y más adelante encontré otro cuatri que se pegó un golpe fuerte así que paramos con Daniel San Martín a auxiliarlo varios minutos hasta que llegó la asistencia de Panero con el médico. Tenía un golpe fuerte en la pierna”.
“Después de eso seguimos con San Martín. Ya habíamos quedado últimos en ese lugar, pero como devuelven los tiempos por parar a ayudar seguíamos en competencia”, relató Lucero. Luego de esa Odisea, se produciría su abandono a solo 30 kilómetros del final.
Sobre la carrera, añadió que “Hay que remarcar que los caminos estaban muy buenos para ir a gran velocidad. Hubo varios accidentes por eso mismo. Entre la velocidad, la tierra cordobesa y las curvas se puso complicada la pista. Yo iba a mi ritmo, cuidándome, cuidando el cuatri. Solo tuve el despiste del sábado, pero después bajé la intensidad y fui sobre lo seguro”.
Acerca del trabajo de la organización, destacó: “Cristian Panero, con todas las malas que se podían venir, se la jugó e hizo lo que debía. Organizó una gran carrera que salió espectacular. Los chicos que andan en los servicios médicos también hicieron un trabajo para destacar”.
Texto: Luciano Schiffer – Somos Dakar
Fotos: Prensa Desafíos Ansenuza
“No fue el fin de semana que vinimos a buscar, pero es lo que salió.
El viernes en el shakedown anduve bien, con un 5º lugar. El sábado arranqué en esa posición. En el km 35 alcancé al 4º, pero había mucha tierra y sol de frente. En uno de esos acercamientos para intentar pasarlo me fui abajo en una curva. No me golpeé ni nada, pero cuando salía enganché unos alambres que había en el piso y se enredaron dos ruedas. Así que ahí quedé cruzado en el camino intentando desenrollando hasta que pude cortarlos, pero ahí ya perdí algunos minutos preciados.
Después el sábado siguió perfecto. Encontré a uno de los compañeros bonaerenses que había volcado, así que paré a ayudarlo. Los caminos fueron 100% rally, no hubo navegación, así que los amigos cordobeses tenían su ventaja ya que conocen los lugares. Andaban muy bien ellos. El más rápido de la categoría fue el quad de Domínguez que vuela.
El domingo largué 7º y a los 200 metros me tiró una falla eléctrica el cuatri, que me demoró unos cinco minutos, por lo que arrancamos mal. Solucioné eso e iba bien, pude recuperar el tiempo perdido y más adelante encontré otro cuatri que se pegó un golpe fuerte así que paramos con Daniel San Martín a auxiliarlo varios minutos hasta que llegó la asistencia de Panero con el médico. Tenía un golpe fuerte en la pierna.
Después de eso seguimos con San Martín. Ya habíamos quedado últimos en ese lugar, pero como devuelven los tiempos por parar a ayudar seguíamos en competencia. Pasé bien la especial 1, pero a 30 kilómetros antes de llegar a meta tuve problemas en la máquina: se rompió el variador, la correa, que da la tracción al cuatri. Así que no hubo forma de solucionarlo y quedé fuera de la competencia. No quedó otra.
Hasta ese entonces venía haciendo tiempos perfectos, con 90 k/h de promedio. Pero bueno, me falló la máquina a solo 30 km de llegar.
Hay que remarcar que los caminos estaban muy buenos para ir a gran velocidad. Hubo varios accidentes por eso mismo. Entre la velocidad, la tierra cordobesa y las curvas se puso complicada la pista. Yo iba a mi ritmo, cuidándome, cuidando el cuatri. Solo tuve el despiste del sábado, pero después bajé la intensidad y fui sobre lo seguro.
Cristian Panero, con todas las malas que se podían venir, se la jugó e hizo lo que debía. Organizó una gran carrera que salió espectacular. Los chicos que andan en los servicios médicos también hicieron un trabajo para destacar”.