© ASO
Dakar 2001. La tensión iba en aumento en la última etapa del Rally Dakar, cuando los dos grandes candidatos, Jean-Louis Schlesser (Buggy, campeón del Dakar 1999 y 2000) y Hiroshi Masuoka (Mitsubishi, mejor vehículo de la época) se encontraban en medio de la sabana africana luchando por el triunfo final de la carrera, a toda velocidad.
Se trata de una lucha palmo a palmo entre entre el francés y el nippon que se remontaba hasta la etapa 1. Es decir, cargaban con el estres y el cansancio de dos semanas del rally más duro del mundo. Y todo se reducía a este último día.
La polémica estaba en el aire: Jean-Louis Schlesser no dudaba en ganar como sea. Por eso, elaboró una estrategia junto con su compañero de equipo, Josep María Servià, a bordo de otro buggy: taponear a Masuoka.
Lo que desenmascaró esta jugada fue el malintencionado «error» de Jean-Louis Schlesser y de Josep María Servià de ser los primeros en salir en la especial: Era Masuoka el que debía abrir pista, puesto que ganó la etapa anterior. Poco le importó eso al francés, que decidió colarse en la salida sabiendo que sería penalizado.
En la escena sucede lo siguiente: Schlesser, el Zorro del Desierto, decide darle la orden a su compañero Josep María Servià de taponear a su rival para hacerle perder el tiempo y la paciencia. Serviá accede, mientras Schlesser se aleja. El nipón se desespera y decide superar al español por fuera del camino. Pero en el intento rompe la suspensión y pierde mucho tiempo en reparar el coche y seguir adelante, a la espera de su auxilio.
Pero antes de ser auxiliado, cuando Servia vuelve a pasar entra en escena el copiloto de Masuoka, el francés Pascal Maimon, intenta detener el buggy rival en una arriesgada decisión de ponerse en medio del camino. Una escena terrorífica que podría haber terminado de la peor manera. Afortunadamente, Servià lo esquiva.
Finalmente, ninguno de los dos se quedaría con la victoria. La que festejó fue de Jutta Kleinschmidt, la primera y única mujer, hasta ahora, en ganar el Dakar. También representó a Mitsubishi, seguido por su compañero japonés y por los polémicos Schlesser y Servià, que fueron penalizados con una hora tras las denuncias de los nipones.
La revancha llegaría rápido para Masuoka, que ganaría las siguientes dos ediciones a bordo de su Montero, una de las imbatibles de aquellos años de Dakar.
Video © ASO
Foto de portada: captura de video ASO
Texto: Luciano Schiffer. Publicado originalmente el 9 de noviembre de 2017.