Era inevitable; luego de los casinos físicos, llegaron los virtuales (de la mano esta feroz digitalización que parece arrasar con todo, cuál un huracán). Y casi de inmediato se nos presentan los “Casinos-crypto”: aquellos que admiten las célebres criptomonedas como prenda de apuestas. No puede sorprender, salvo por la velocidad vertiginosa con que ha ocurrido todo.
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Del papel al plástico, y del plástico a los “bloques”
Ya pocos van con billetes físicos a los casinos tradicionales, porque se imponen las tarjetas y las transferencias electrónicas. Y si hablamos de casinos online, ya se trata de una imposibilidad fáctica. Ahora también tenemos los que operan con criptomonedas. Era una evolución esperable, pero su adopción ha sido sumamente acelerada.
¿Cuánto tiempo podría pasar, a partir de la explosión de las criptomonedas en la segunda década de este siglo, para que también se apostara con ellas y por Internet?. Fue mucho menos del esperado. Estos novísimos casinos (que pronto no lo serán tanto) funcionan de manera similar a los casinos tradicionales, pero las transacciones se realizan en criptomonedas en lugar de alguna moneda fiduciaria electrónica. Aunque hay algo que hace la diferencia, como la está haciendo en muchas otras cuestiones fundamentales.
Eso que llaman BLOCKCHAIN
La “cadena de bloques” es la tecnología madre detrás de cada crypto casino, tanto como de las criptomonedas y de las entidades “DeFi” (Finanzas descentralizadas) que están cambiando nuestra percepción del dinero, del valor, y las formas de transmitirlos. Y los “NFTs” (Tokens No Fungibles) que revolucionan el arte, los derechos de autor y la propiedad intelectual, también son hijitos de Blockchain.
Estos casinos ofrecen una mayor privacidad y anonimato, porque no requieren que los usuarios proporcionen información personal. No se les pide su nombre, dirección o número de teléfono. Solo necesitan una cuenta de e-mail y una billetera de (y con) criptomonedas para empezar a jugar. Como medidas de seguridad, incluyen el cifrado SSL de 256 bits, autenticación de dos factores, verificación de identidad por varios métodos, y monitoreo constante de la actividad de los usuarios para detectar actos sospechosos.
Cripto-generosidad
En cuanto a premios, no tienen nada que envidiarle a sus pares, virtuales o no: El mayor premio otorgado hasta la fecha fue en 2019, cuando un jugador ganó 19,5 Bitcoins (más de 280.000 dólares en ese momento) en una sola tirada de una tragamonedas con jackpot progresivo. Otros premios notables incluyen uno de 11,5 Bitcoins, ganado en 2018 y otro de 259,74 Ether (más 50.000 dólares en ese momento).
En resumen, un “crypto-casino” permite a los usuarios jugar a una amplia variedad de juegos de casino, como tragamonedas, ruleta, blackjack, póker y muchos más, incluidos algunos inspirados en la cultura popular, como sucede en casi todas las casas de juego. Estos casinos ofrecen una experiencia lúdica segura, conveniente y suficientemente anónima, gracias a blockchain, el sistema descentralizado, y a Bitcoin, dos de las (al menos) media docena de tecnologías disruptivas que están reformulando al mundo.
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